jueves, 27 de octubre de 2011

Flores para combatir un virus.

Hace ya muchos años, 29 y 34, hicieron sendas transfusiones de sangre a nuestra madre, tras cada una de las dos cesáreas que se le practicaron a nuestra madre para que mi hermano y yo fuésemos ahora Rafa y Pablo.

En una de ellas, además de transferirle la sangre necesaria le transmitieron virus hepatótropos C, que son aquellos que provocan la hepatitis C. Pasaron unos cuantos años hasta que se manifestó la enfermedad. Algún recuerdo tengo de aquel verano que me contaba mi padre con palabras para un niño de 6 o 7 años por qué la mamá estaba tumbada al sol todo el día, descansando en el jardín del chalet algo pálida y cansada. Aquel episodio quedó atrás, duró tan sólo unos meses, y continuó con su vida abstemia y regulada, cuidándose siempre de no recaer de nuevo. 

Llegó un día en que un amigo médico explicó a mis padres la existencia de un tratamiento para la enfermedad, duro y largo en muchos casos, y que tan sólo en la mitad de los ellos lograba vencer a la infección. Se pusieron en contacto con un doctor con larga experiencia en este tema y decidió al fin enfrentarse a todo lo que tuviese que llegar, y comenzó el tratamiento.

De esto hará ahora dos años por estas fechas, la terapia constaba de un pinchazo a la semana y pastillas como apoyo, a las que más tarde se le añadirían más inyecciones para suministrar hierro a su cuerpo. No hay palabras para describir la fuerza de voluntad que tuvo para superar día a día, semana a semana y mes a mes cada uno de los efectos secundarios que le provocaba la lucha que se encarnizaba dentro de ella. Angustias constantes, fiebres de un día de 39 y 40 grados, sequedad en la piel, dolores de huesos y calambres en los músculos, caída de cabello, cansancio y mareos... El proceso iba lento pero favorablemente, y en vez de durar un año "nada más" se alargó durante 6 meses eternos, pero con la esperanza siempre delante de que el tratamiento acabaría por vencer al virus. Al fin, en abril de este año, dejó las inyecciones y las pastillas, a la espera de un resultado definitivo medio año más tarde.




Hoy ha sido el día, el que tendría que haber sido día de alegría y celebración, pero no ha sido ese día. Si bien mi madre superó y venció a todas las adversidades habidas y por haber, el virus no abdicó del todo, y se escondió en algún lugar del cuerpo donde refugiarse de la tormenta química. Se escondió y engañó a los análisis que aún no eran definitivos, para rearmarse de nuevo y reaparecer, un tiempo después.

Son para ella pues estas flores, que han traído Isi y Rafa, con África dentro de ella, en nombre de los 5. A partir de marzo, empezaremos la segunda y definitiva guerra. Con estas flores, seguiremos combatiendo el virus. Ánimo, mamá.


Sirva también este ramo de regalo para todas las madres del mundo, que luchan día a día por sus hijos y maridos. Madre, sólo hay una...





6 comentarios:

  1. He vuelto a leerlo una vez más y de nuevo me quedo sin saber qué decirte.

    Quizá sea porque me siento bastante identificado, sólo te digo, que saldréis adelante, seguro.

    Ahora toca arropar a tu mami, colmarla de carantoñas y de palabras de ánimo y coger fuerzas para derrocar definitivamente a este virus el Marzo próximo.

    Un abrazo enorme.

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  2. Querido Pablo, amigo... ya sabes de mi torpeza en los sentimientos, si hasta para decirte q te quiero sólo me sale silencio! En lo que respecta al tema debes saber que siempre me he mantenido informado, sólo q por otras fuentes tan fiables y serias como la tuya. No encontré el momento. Siempre que iba a hacerlo me salías con una sonrisa, una pregunta y un motivo por el que no interrumpir al momento. Tu madre es una luchadora y aunque cueste acabará con esa molestia hepática, xq a cabezonería, es lo q tenemos los q te rodeamos, que nadie nos gana. Nos empeñamos en quererte y lo vamos consiguiendo

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  3. Desde aquí os agradezco a todos el apoyo que vamos recibiendo. Sigo absolutamente convencido de que el año y medio de sufrimiento no ha sido en balde. Si el tratamiento no ha sido todo lo efectivo que cabría esperar al menos ha demostrado la entereza de una madre que ha sabido sobreponerse a su pequeño infierno. Si resistió una vez por qué no lograrlo de nuevo. Tengo más fe que nunca en la medicina, quizá por deformación profesional, quizá por la ilusión de un hijo, pero además porque he visto levantarse a mamá cada vez que ha sufrido un revés en su vida. Arropados por el cariño de la familia y el apoyo de vosotros, muchos y buenos amigos, acabaremos con esta particular pesadilla antes de lo que podemos imaginar. Me sumo a las palabras de mi hermano y hago partícipes a Isi y África, y, seguro, a papá, quien desde el silencio y la serenidad que le caracterizan en los momentos difíciles, está ahí para elevar a la máxima potencia el verdadero sentido de la vida de nuestra madre. A los dos, os queremos con locura.

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  4. Me alegra leerte por aquí, Rafa, siempre serás más que bienvenido. Seguiremos creyendo que nuestra madre es más terca y fuerte que un virus, como buen Almenar, así que algún día acabará con el bichito. Un fuerte abrazo.

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  5. Primos, que palabras más bonitas. Desde India, un besazo a mi tía y a toda la familia, ahora que lo necesitáis. Mucho ánimo y plena confianza en que todo irá muy bien! Shila

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  6. Gracias por pasarte por aquí, Shila, a mi madre le ha encantado leerte :) Vuelve pronto, que te echamos de menos. Un besazo!

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